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lunes, 20 de mayo de 2013

Ideas erróneas sobre Allah (parte 3 de 3): ¿El dios luna?!


La gente mal informada a veces se refiere a Allah como una interpretación moderna de un antiguo dios de la luna. Esta es una tergiversación del concepto de Allah que suele combinarse con extrañas afirmaciones sin fundamento sobre que el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, revivió a esta deidad y la hizo el punto central de la religión del Islam. Esto es categóricamente falso. Allah es Dios, el Uno, el Único, el Más Misericordioso. Allah es el Dios de Abraham, de Moisés y de Jesús.

“Ésta es la auténtica verdad. No hay otra divinidad excepto Allah. Allah es el Poderoso, el Sabio”. (Corán 3:62)

Se sabe muy poco sobre la religión de los árabes antes del Profeta Abraham. No hay duda de que los árabes adoraban ídolos, cuerpos celestes, árboles y piedras, y que algunos de sus ídolos incluso tenían características animales. A pesar de que una serie de deidades menores por toda la Península Árabe pudieron estar asociadas con la luna, no hay evidencia de que los árabes alguna vez hayan adorado a la luna como uno de sus dioses.

Por otra parte, existe evidencia de que el sol, constituido como deidad femenina, fue adorado por toda Arabia. El Sol (Shams) fue honrado por muchas tribus árabes con santuarios e ídolos. El nombre Abdu Shams (siervo del sol) se encontraba en muchas partes de Arabia. En el norte, el nombre imru-sh-Shams (hombre del sol) era común, y el nombre Abd-al-Sharq (siervo del que se levanta) es evidencia de adoración al sol naciente.

Uno de los tíos del Profeta Muhammad fue llamado Abdu Shams, así mismo lo fue quien después fue apodado Abu Hurairah, un renombrado erudito islámico de la primera generación de musulmanes. Cuando Abu Hurairah se convirtió al Islam, el profeta Muhammad cambió su nombre a Abdu Rahman (siervo del Más Misericordioso).

Los musulmanes creen con toda seguridad que, desde el inicio de la creación, Allah ha enviado Profetas y Mensajeros para guiar y enseñar a la humanidad. Por lo tanto, la religión original de la humanidad fue la sumisión a Dios. Los primeros árabes adoraban a Allah, sin embargo, con el pasar del tiempo, su adoración se corrompió por ideas humanas y supersticiones. La razón de esto está envuelta en las brumas del tiempo, pero ellos debieron haber caído en la práctica de la idolatría en buena parte como lo hizo el pueblo del Profeta Noé.

Los descendientes del Profeta Noé fueron una comunidad que creían en la Unidad y Unicidad de Allah, pero la confusión y la desviación germinaron entre ellos. Los hombres rectos trataron de recordarle a la gente sus obligaciones con Allah, pero el tiempo pasó y Satanás vio la oportunidad de llevar a la gente por el mal camino. Cuando los hombres rectos murieron, Satanás le sugirió a la gente que construyeran estatuas de esos hombres para ayudarse a recordar sus obligaciones con Allah.

 “Los nombres (de los ídolos) pertenecían a algunos de los hombres piadosos del pueblo de Noé, y cuando murieron Satanás inspiró a su pueblo a preparar y colocar ídolos en los lugares donde ellos solían sentarse, y a llamar a esos ídolos por sus nombres. La gente así lo hizo, pero los ídolos no fueron adorados hasta que la gente (que los levantó) hubo muerto y el origen de los ídolos se hizo oscuro, de modo que la gente comenzó a venerarlos”.

Cuando el Profeta Abraham y su hijo Ismael reconstruyeron la Casa Sagrada de Allah (la Kaaba) muchos de los árabes siguieron este ejemplo y regresaron a la adoración del Dios Único, sin embargo, con el paso del tiempo, los árabes cayeron en su antiguo hábito de adorar ídolos y semidioses. No hay duda, y mucha evidencia lo sugiere, que en los años entre los Profetas Abraham y Muhammad la religión de la Península Árabe llegó a ser dominada por la adoración a los ídolos.

Cada tribu o familia tenía ídolos y estatuas, los árabes creían en videntes, utilizaban flechas adivinatorias para pronosticar el futuro y realizaban sacrificios de animales y rituales en nombre de sus ídolos. Se dice que los principales ídolos del pueblo de Noé fueron hallados enterrados en el área de lo que hoy día es Yeda, en Arabia Saudita, y distribuidos entre las tribus árabes. Cuando el Profeta Muhammad regresó triunfante a La Meca, la Kaaba contenía más de 360 ídolos diferentes.

Los ídolos más conocidos entre los que existieron en la Arabia preislámica son Manat, Al Lat, y Al Uzza. No hay evidencia que conecte a ninguno de estos ídolos con la luna o con un dios lunar. Los árabes adoraban estos ídolos y los invocaban para pedirles intercesión. Allah repudió esta falsa adoración de ídolos.

“¿Cómo es que adoráis a Lat, a ‘Uzza y a Manat? Preferís para vosotros los hijos varones y atribuís a Allah hijas mujeres [pues los idólatras creían que los Ángeles eran hijas de Allah]. Ciertamente ello es una pretensión injusta. [Estos tres ídolos] Son sólo nombres que vosotros y vuestros padres habéis inventado, y Allah no os dio autoridad alguna para ello. Ciertamente [estos idólatras] siguen sólo suposiciones impulsados por sus propias pasiones, a pesar de haberles llegado la guía de su Señor”. (Corán 53:19-23)

En medio del paganismo y el politeísmo abrumadores, los árabes preislámicos nunca llamaron a un dios lunar como deidad suprema, de hecho, no existe evidencia de que alguna vez hayan adorado a un dios lunar. Por generaciones, ellos no perdieron su creencia en el Único, el Supremo Gobernador del universo (aunque la mayor parte del tiempo tuvieron un concepto erróneo sobre Allah). Eran conscientes de Sus bendiciones y de Su castigo, y creían en el Día del Juicio. Los poetas de la época hacían referencia a Allah con regularidad.

Nabigha, un reconocido poeta del siglo V d.C. dijo: “Tomé un juramento y no dejé margen de duda de que nadie puede apoyar al hombre excepto Allah”; y Zuhair b. Abi Salma afirma su fe en el Día del Juicio diciendo: “Las obras son registradas en el rollo que será presentado en el Día del Juicio; la venganza también puede ser tomada en este mundo”. El Corán también testifica el hecho de que los árabes preislámicos conocían a Allah –Dios– el Único.

“Si les preguntas [¡oh, Muhammad! a los idólatras] quién creó los cielos y la Tierra, y sometió el Sol y la Luna, responderán: ¡Allah! ¿Cómo, entonces, es que se desvían? Allah concede abundante sustento a quien quiere de Sus siervos y se lo restringe [a quien Le place]. Ciertamente Allah tiene el conocimiento de todas las cosas. Si les preguntas [¡oh, Muhammad! a los idólatras] quién hace descender agua del cielo con la que vivifica la tierra seca, responderán: ¡Allah! Di: ¡Alabado sea Allah! La mayoría [de los hombres] no razonan”. (Corán 29:61-63)





Texto tomado de: www.islamreligion.com

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