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sábado, 11 de enero de 2014

EL DIVORCIO


El matrimonio, como dijimos, es un lazo fuerte por medio del cual Allah une a un hombre con una mujer. El matrimonio hace del hombre y la mujer solteros una “pareja”; de esta, manera, la tristeza y la alegría de uno será la tristeza y la alegría del otro. El Corán describe este lazo de forma bella y vívida: “... vuestras mujeres,  son vestidura para vosotros y vosotros lo sois para ellas... ”(2:187), queriendo decir que cada uno es la protección, la cubierta, el sostén y el ornamento del otro. 

Cada cónyuge tiene derechos en relación al otro. Estos derechos deben ser reconocidos y no ignorados. Estos derechos mutuos son iguales excepto lo relacionado con lo que caracteriza a los hombres por su posición natural. Allah dice:
 
“... Ellas tienen derechos equivalentes a sus obligaciones, conforme al uso, pero los hombres están en un grado por encima de ellas.“( 2:228)

Este “grado” (dáraya) se refiere al rol masculino como mantenedores y líderes de la familia.
 
Un hombre preguntó al Profeta (B y P) “¡ Oh Mensajero de Allah!   ¿Cuáles son los derechos que una mujer puede exigir de su marido?“ El Profeta (B y P) respondió: “Debes alimentarla con lo mismo que tu te alimentas, debes vestirla como tu mismos te vistes.  Nunca la debes golpear en el rostro o derribarla, tampoco podrás cortar relaciones con ella sino es en la misma casa “

De esta manera vemos que es ilícito que el esposo se niegue a proveer alimento y vestido a su esposa.  Un hadiz afirma: “Gastarse el sustento de los que dependen de él ya es suficiente pecado para un hombre”

Golpear a una mujer en la cara es también prohibido, pues es un insulto a su dignidad humana y un peligroso atentado contra la parte mas bella de su cuerpo.  Si el musulmán se ve obligado a disciplinar a su esposa en el caso de rebeldía abierta, después de haber fallado todos los métodos, no la podrá golpear de manera que le cause daño o dolor.  El marido no podrá  por ningún motivo golpear a su mujer en el rostro o en otra parte del cuerpo que sea sensible a los golpes.  Así también, el musulmán no tiene permitido denigrar, maldecir o insultar a su esposa.
 
Con respecto a los derechos del esposo, El Profeta (B y P) dijo:
 
“No es permitido para una mujer que cree en Allah introducir en la casa de su marido a alguien que a él le disguste. Ella no deberá salir fuera de la casa de manera que a él le disguste y no deberá obedecer a nadie que contradiga sus órdenes.  Ella tampoco deberá negarse a compartir la cama con él.  Ella no debe golpearlo (en caso de ser ella mas fuerte que él).  Si el está más equivocado que ella, ella debe pedir a Allah para que él reconsidere y este conforme.  Si el la acepta, pues, bueno y correcto, y Allah aceptará sus plegarias.  Y si el marido no acepta; pues, ciertamente, las plegarias de ella llegaron hasta Allah.”

TOLERANCIA MUTUA ENTRE MARIDO Y MUJER

El marido debe ser paciente con su mujer si ve en ella algo que desaprueba o le disgusta.  El debe reconocer que está tratando con un ser humano naturalmente imperfecto,  Debe hacer un balance entre sus buenas cualidades y sus errores.  El Profeta (B y P) dijo:
 
“Un creyente no debe disgustarse con una mujer creyente. Si hay algo en ella que le disgusta, siempre habrá una faceta que le complace”.
 
Allah dice a su vez:

“Y si os resultan antipáticas, puede que Allah haya puesto mucho bien en el objeto de vuestra antipatía.” (4:19)

El Islam exige que los hombres sean tolerantes y pacientes con lo que les disgusta de sus esposas.  Por otra parte, ordena a la mujer que complazca a su esposo según se lo permita su habilidad y encanto;  y le advierte que no deje pasar una noche sin reconciliarse con su marido disgustado.  Un hadiz dice : “Hay tres personas cuyas oraciones no se elevan ni un palmo sobre sus cabezas: Un hombre que dirige oración de una congregación que lo odia;  Una mujer que permite que su esposo pase la noche disgustado con ella, y dos hermanos en disputa.”

Rebeldía y Conflicto

Por su habilidad y su responsabilidad de proveer a su familia, el hombre es la cabeza del hogar y de la familia.  Se merece la obediencia y la cooperación de su esposa; es así que no es permitido que ella se rebele contra su autoridad causando división.  Sin un capitán, la nave del hogar se perderá y se hundirá. Si el esposo siente que en su esposa se suscitan sentimientos de rebelión y desobediencia contra él,  debe hacer lo posible por rectificar su actitud con palabras cariñosas, con gentil persuasión y razonando con ella.  Si esto no ayuda, el debe dormir  separado de ella para despertar su naturaleza conciliatoria femenina para que se restaure la paz y ella le responda en una forma armoniosa.  Si esta actitud falla, es permitido que él la golpee levemente con sus manos evitando su rostro y otras áreas sensibles.  En ningún caso podrá él recurrir al uso de un palo o cualquier otro instrumento que pueda causar dolor o heridas.  Estos golpes deben ser, mas bien, como los que el Profeta (B y P) mencionó a su sirviente, con el cual se había enojado, le dijo “Si no fuese mi temor a la represalia el Día de la Resurrección, te hubiese golpeado con este cepillo de dientes (misuak)”

El Profeta (B y P) advirtió a los hombres sobre golpear a sus mujeres diciendo: “Ninguno de vosotros debe golpear a su esposa como se golpea a los esclavos y luego tener relaciones con ella al final del día.“

Se mencionó al Profeta (B y P) que algunos de sus compañeros golpeaban a sus esposas; entonces dijo:  “Ciertamente, esos no son los mejores de entre vosotros”

El Imam Al Háfidh Ibn Háyar dijo:
 
“El hadiz del Profeta (B y P) , 'El mejor entre vosotros no golpea', podría implicar que golpear a las esposas es permitido de forma general.  Para ser específicos, una persona podría golpear sólo para salvaguardar el comportamiento islámico y sólo si el esposo detecta dejadez con respecto a los deberes o la obediencia debida a él.  Es preferible advertir o algo por el estilo.

Si se puede obtener lo deseado advirtiendo,  cualquier uso de la fuerza queda prohibido, porque la fuerza genera odio, que es contrario a la armonía deseada en el matrimonio.  La fuerza se aplica sólo cuando se teme algún pecado contra Allah .  Al Nasái citó a ‘Aisha diciendo:  'El Profeta (B y P)  nunca golpeó a alguna de sus esposas o sirvientes,  De hecho, su brazo nunca golpeó nada, excepto en la causa de Allah o cuando se violaban las prohibiciones de Allah y él tomó represalia en nombre de Allah'.”

Si todas estas acciones fallan y la brecha entre marido y mujer se profundiza, el asunto se traslada ante la sociedad  Islámica en procura de solución.  Dos individuos de buena voluntad y juicio reconocido, uno de la familia de la mujer y otro de la familia del hombre, deben reunirse con la pareja para resolver sus diferencias .  Tal vez la sinceridad de sus esfuerzos dé frutos y Allah traiga la reconciliación entre los esposos.
 
Estos intentos de solución fueron ordenados por Allah en la siguiente aleya:

“ ¡Amonestad a aquéllas de quienes temáis  que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles! Si os obedecen , no os metáis más con ellas.  Allah es excelso, grande.
 
Si teméis una ruptura entre los esposos, nombrad un árbitro de la familia de él y otro de la de ella,  Si desean reconciliarse, Allah hará que lleguen a un acuerdo.  Allah es omnisciente, está bien informado.” (4:34-35)

CUANDO EL DIVORCIO SE HACE PERMISIBLE

Si todos estos esfuerzos fallan y cada recurso utilizado prueba ser inútil, el esposo debe recurrir a la última solución permitida por la Sharía Islámica.  En respuesta a las amargas realidades de la vida, cuando las dificultades no se pueden resolver sino con la separación de los cónyuges en una forma honorable, el Islam instituyó el recurso del divorcio.  El Islam ha permitido el divorcio con renuencia, sin elogiarlo ni recomendarlo.  El Profeta (B y P) dijo: “Entre las cosas permitidas, el divorcio es la que más detesta  Allah”

El hecho de que algo sea permitido pero detestado por Allah significa que se puede recurrir a él solo en situaciones inevitables. Cuando vivir juntos se convierte en una tortura y el odio mutuo está bien asentado; cuando se hace muy difícil para ambos cónyuges cumplir con sus responsabilidades maritales.  En tal situación, la separación es mejor, Allah dice:

“ Si se separan , Allah enriquecerá a cada uno con Su abundancia,  Allah es inmenso, sabio” (4::130)

EL DIVORCIO EN LA EPOCA PREISLAMICA

El Islam  no es la única religión que permite el divorcio.  Antes de la llegada del Islam en su forma actual, fuera de unas pocas sociedades, el divorcio era permitido en todo el mundo.  Era algo común que, cuando un hombre se disgustaba con su esposa, la expulsaba de la casa, con justa causa o sin ella; y la esposa  no tenía ningún recurso legal contra él ni podía hacer reclamo alguno sobre su propiedad.  Ni siquiera tenían derecho a una compensación o una pensión para mantenerse.

Los divorcios incondicionales y sin restricciones estaban permitidos entre los griegos cuando su cultura estaba en ascenso.  Bajo la ley romana, un juez tenía potestad de anular un matrimonio aún si los dos cónyuges hubiesen incluido la cláusula contra el divorcio en su contrato matrimonial, pues la posibilidad de divorcio se contaba como parte del contrato matrimonial.  Durante la primera época de la civilización romana, el matrimonio religioso no tomaba provisiones sobre el divorcio,  a la vez que daba al hombre poder absoluto  sobre su esposa. Por ejemplo, en ciertas circunstancias era legal que el hombre mate a su esposa,  Con el paso del tiempo, la ley religiosa se adaptó a la ley civil, que permitía el divorcio.

EL DIVORCIO EN EL JUDAISMO

El judaísmo mejoró la situación de la mujer; pero también amplió la extensión del divorcio. La ley Religiosa requiere que el marido divorcie a su esposa cuando a esta última se le prueba delincuencia moral; esto debía ser así aunque el desee perdonarla. Así también, se le exige que la divorcie si ella no pudo darle hijos en el transcurso de diez años de vida matrimonial.

EL DIVORCIO EN EL CRISTIANISMO

La cristiandad tiene una solitaria posición entre las religiones que mencionamos, distinta aún a la del judaísmo. El cristianismo prohibe el divorcio y prohibe también el matrimonio  con mujeres u hombres divorciados. Se dice que Jesús (B y P) dijo: "El que despida a su mujer le dará un certificado de divorcio.  Pero  yo les digo que el que despide  a su mujer - fuera del caso de infidelidad - la empuja al adulterio. Y también el que se case con esa mujer divorciada comete adulterio" (Mateo 5:31-32)[97]   "El que se separa de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; y si ésta deja a su marido y se casa con otro, también comete adulterio" (Marcos 10:11-12)

La razón de esto se halla en los evangelios con las siguientes palabras: "De  manera que ya no son dos, sino uno solo. Pues bien, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre" (Mateo 19:6)  "Pues bien, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre" (Marcos 10:9). Y esta  afirmación es relativamente correcta, en el sentido de que el hombre y la mujer se casan con el permiso de Dios y por la Ley de Dios, así, es aceptable decir que Dios los ha unido, a pesar de ser el hombre quien interviene en el contrato matrimonial. En el mismo contexto; podemos decir que ya que Dios también ha permitido y legislado el divorcio en relación a ciertos motivos y circunstancias, también podemos decir que Dios los ha separado, aunque sea el hombre quien implementa el divorcio. Queda claro, entonces, que ningún hombre está separando lo que Dios unió, pues unir y separar está en manos de Dios el Todopoderoso. ¿Y no es Dios mismo quien los separa debido al causal de inmoralidad sexual?

DIFERENCIAS ENTRE LAS DISTINTAS CORRIENTES CRISTIANAS CON RESPECTO AL DIVORCIO

Los evangelios del Nuevo Testamento hacen una excepción en la prohibición del divorcio. Esta excepción se refiere a los casos de inmoralidad sexual. Sin embargo, algunos católicos tratan de rechazar incluso esta excepción; dicen: "Aquí no dice que el adulterio sea una excepción en cuyo caso el divorcio se hace lícito, pues en la Ley de Cristo no hay divorcio. La frase: "excepto en casos de adulterio" significa que el matrimonio  mismo se anula, pues su legalidad y su corrección han sido violadas. De esta manera; mientras es aparentemente un matrimonio; es, en realidad, adulterio. En consecuencia, es lícito en tales casos para el marido, o le concierne, abandonar a la mujer".

Las corrientes protestantes permiten el divorcio sobre la base del adulterio, traición al marido y otras razones específicas, además de la mencionada en  los evangelios. Sin embargo, algunas denominaciones protestantes prohiben que un hombre o una mujer divorciada se vuelvan a casar.

Los concilios de la Iglesia Ortodoxa Egipcia dan a sus seguidores el derecho a divorcio en casos de adulterio, como lo instituyen los evangelios, y por algunas otras razones como la esterilidad por más de tres años, enfermedad crónica y disensiones prolongadas que parecen no tener solución.

CONSECUENCIAS DE LA POSICION CRISTIANA RESPECTO AL DIVORCIO

Como resultado de esta inflexible posición del cristianismo respecto al divorcio, vemos que la gente de los países occidentales fueron obligados a recurrir a la legislación civil para legalizar el divorcio. Desafortunadamente, muchos de estos países, los EEUU por ejemplo, se fueron a extremos con la permisión  del divorcio de manera que es algo permitido hasta por motivos bastantes triviales. Algunos filósofos occidentales advierten que esta facilidad en el divorcio disolverá la santidad del lazo matrimonial y erosionará las bases fundamentales de la vida familiar. Un conocido juez declaró que no está lejano el día en que los países occidentales reemplacen el matrimonio por una tenue y débil relación  entre hombres y mujeres, que puede disolverse por la más trivial de las razones. Ya que no habría ningún  lazo de religión o amor uniendo a tal pareja; estarían unidos sólo por sus pasiones y el deseo de experimentar distintos placeres; esta  sería una clase de relación que está en contra de las enseñanzas de cada religión.

"Este fenómeno de regular los asuntos personales a través de la ley civil (humana) está en contra de las enseñanzas de toda religión y no se encuentra en lugar alguno excepto entre los cristianos de Occidente, incluso los hindúes, los budistas y los zoroastrianos observan sus preceptos  religiosos cuando ordenan sus asuntos personales. A pesar de que encontramos entre ellos quienes han introducido innovaciones en las enseñanzas de su religión concernientes a los asuntos públicos; tales innovaciones no se toman en los asuntos personales, es decir, en el matrimonio, el divorcio y los asuntos de la vida familiar".

La posición  cristiana respecto al divorcio: Una disposición temporal no una ley permanente

Un estudiante  serio de los evangelios no puede evitar la conclusión de que lo que Jesús (B y P) enseñaba tenía como objetivo corregir los excesos introducidos por los judíos a la Ley Divina. Sus enseñanzas, incluyendo sus afirmaciones sobre el divorcio, nunca fueron con la intención de ser tomadas como una Ley Permanente para toda la humanidad.

En el evangelio de Mateo encontramos el siguiente diálogo entre Jesucristo y los fariseos: "Se le acercaron unos fariseos, con ánimo de probarlo, y le preguntaron: ¿Está permitido al hombre despedir a su esposa por cualquier motivo?. Jesús respondió: ¿No han leído que el Creador  en el principio, los hizo hombre y mujer y dijo: El hombre dejará  a su padre y a su madre, y se unirá con su mujer, y serán los dos uno solo?, de manera que ya no son dos, sino uno solo. Pues bien, lo que Dios  ha unido, no lo separe el hombre. Pero ellos preguntaron: Entonces , ¿Porqué razón  Moisés ordenó que se firme un certificado cuando haya divorcio? . Jesús contestó:  Porque ustedes son duros de corazón , Moisés les permitió despedir a sus esposas, pero no es ésa la ley del comienzo. Por lo tanto, yo les digo que el que despide a su mujer, fuera del caso de la infidelidad, y se casa con otra comete el adulterio  .  Los  discípulos dijeron: Si ésa  es la condición del hombre con la mujer, más vale no casarse" (Mateo 19:3-10)

De este diálogo  se hace evidente que, al restringir el divorcio legal a los casos de adulterio, Jesucristo (B y P)  deseaba corregir los excesos  de los judíos  en la aplicación   indiscriminada del divorcio, que era algo permitido en la Ley de Moisés. Esto era, obviamente un remedio temporal, abrogado por la permanente y universal Ley del Islam revelada al Profeta Muhammad (B y P).

Suponer que Jesucristo (B y P) quería hacer de sus palabras una ley eterna para toda la humanidad no es algo razonable. Vemos que sus  apóstoles, los más sinceros de  sus seguidores , quedaron espantados con tan cruel  decreto. Dijeron: "Si esa es la condición del hombre con la mujer, más vale  no casarse" (Mateo 19:10).  

Es decir: en el momento que un hombre se casa con una mujer se estaría imponiendo un yugo imposible de quitar, sin importar que tan miserable sea su vida juntos a causa del odio y la incompatibilidad de temperamentos. Como un hombre muy sabio dijo: "El mayor tormento en la vida es una  compañera que no esta de acuerdo contigo ni tampoco te deja solo".

Los límites impuestos por el Islam a la regulación del divorcio

La Sharía islámica ha puesto ciertos obstáculos  en el camino  del divorcio a fin de limitarlo al más estrecho compás posible.

El divorcio sin necesidad legal y sin antes agotar todos los demás medios, antes citados, para resolver un conflicto, es algo ilícito en el Islam. Algunos juristas añaden que es perjudicial para el marido y la mujer dañar sus intereses comunes innecesariamente;  esto sería igual que la destrucción  de la propiedad: es ilícito.
 
El Profeta (B y P) nos enseñó: "No os dañéis ni dañéis a los demás"
 
Las personas que se divorcian de sus cónyuges y se casan con otros para disfrutar de nuevos placeres sexuales  no son queridos por Allah ni por Su Mensajero, (B y P). El Profeta (B y P) los denominó: "Los probadores". Dijo: "No me gustan los probadores, ni hombres ni mujeres"[101] y añadió: "Allah no gusta de los probadores; hombres y mujeres"

Abdallah bin Abbás dijo: "El divorcio es en caso de necesidad". 





Tomado de: www.nurelislam.com

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